
Cómo catar vino como un sumiller: una guía paso a paso
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Introducción
Catar vino es más que simplemente beberlo: es un arte y una ciencia que involucra todos tus sentidos. Tanto si eres un bebedor de vino ocasional como si aspiras a ser sumiller, aprender la técnica de cata adecuada mejorará tu apreciación y te ayudará a identificar la calidad, el estilo y los matices sutiles en cada copa. En esta guía, te guiaré paso a paso por el proceso que utilizan los sumilleres de todo el mundo para evaluar el vino como un auténtico profesional.
Paso 1: Observar el color y la claridad
La primera impresión de un vino es visual. Sujete la copa por el tallo e inclínela ligeramente contra un fondo blanco o una mesa. Observe la intensidad del color, el tono y la claridad.
- Los vinos blancos pueden variar de un tono pajizo pálido a un ámbar dorado. Los blancos más jóvenes tienden a ser más claros, mientras que los blancos añejos adquieren un color más intenso.
- Los vinos tintos varían desde un rubí brillante hasta tonos granates y morados intensos. Los tintos más añejos pierden su brillo y presentan tonos más teja o rojizos.
El color da pistas sobre la variedad de uva, la edad y, a veces, incluso el clima donde se cultivaron. Por ejemplo, un morado intenso puede indicar un Syrah joven, mientras que un rojo pálido podría ser un Pinot Noir.
Paso 2: Remueve el vino para liberar aromas
Agite suavemente el vino en la copa para oxigenarlo y liberar sus aromas. Esta acción es crucial, ya que el aroma es fundamental en la cata de vinos: entre el 70 y el 80 % del sabor proviene del olfato.
Tómate un momento para inhalar profundamente, identificando los aromas primarios (frutales, florales, herbales), los aromas secundarios (notas de fermentación, como levadura o pan) y los aromas terciarios (notas relacionadas con el envejecimiento, como vainilla, tabaco o cuero).
Paso 3: Huele el vino – La nariz
Coloque la nariz justo por encima del borde del vaso y aspire lenta y pausadamente. Intente distinguir los diferentes aromas e imagine a qué le recuerdan.
Un vino complejo revelará múltiples capas y evolucionará a medida que lo inhalas. Los aromas comunes incluyen bayas, cáscara de cítricos, hierbas, especias, roble y notas terrosas.
Paso 4: Toma el primer sorbo: sabor y textura
Toma un pequeño sorbo y deja que el vino te inunde el paladar. No te apresures, deja que se prolongue para que puedas percibir los sabores y las sensaciones.
Concentrarse en:
- Sabores de frutas : ¿Son frescas o cocinadas? ¿ Cítricas, de frutos rojos, tropicales?
- Acidez : ¿El vino se siente fresco y vivaz, o plano? La acidez equilibra el dulzor y los taninos.
- Taninos : Provocan una sensación de sequedad, común en los tintos. ¿Son suaves e integrados o ásperos?
- Dulzura : ¿El vino es seco, semidulce o dulce?
- Alcohol : ¿Sientes calor o pesadez en la boca?
- Cuerpo : ¿Es ligero, medio o con cuerpo? Esto depende del alcohol, el azúcar y el extracto.
Paso 5: Analizar el acabado
El final es el sabor y la sensación que queda tras tragar. Un final largo y agradable indica un vino de alta calidad. Preste atención a cómo evolucionan los sabores y cuánto tiempo perduran.
Paso 6: Reflexiona sobre el equilibrio y la complejidad
Un vino bien elaborado posee equilibrio: ninguno de sus componentes (acidez, taninos, alcohol, dulzor) predomina sobre los demás. La complejidad se revela cuando el vino muestra múltiples capas de aromas y sabores que se desarrollan con el tiempo.
Paso 7: Confía en tu paladar
No importa cuántos consejos técnicos conozcas, tu preferencia personal es primordial. Entrena tu paladar catando con regularidad, tomando notas y explorando diferentes estilos y regiones. El mejor vino es el que disfrutas.
Conclusión
Siguiendo estos pasos, podrás degustar el vino como un sumiller y apreciar su arte a un nivel más profundo. Recuerda, la cata de vinos es un viaje: con cada copa, afinas tus sentidos y conocimientos. ¡ Que disfrutes de tu exploración!